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AUTOCUIDADO ESPIRITUAL

El impacto de nuestra espiritualidad en nuestra biología hormonal.

 

Cerramos este bloque de autocuidado en el que hemos ido recorriendo otros tipos de autocuidado: físico, emocional y social, con el broche de oro: El autocuidado ESPIRITUAL. 

 

Quizás a priori pueda parecer extraño que hable de espiritualidad porque mi enfoque siempre suele ser más el físico-bioquímico-hormonal, pero como me gusta decir: “en esta vida todo lo que le afecta a nuestro bienestar, termina afectando a nuestras hormonas, nuestras emociones y por supuesto a nuestro cuerpo.

 

El autocuidado espiritual, no se limita a una religión o creencia en particular, sino que se trata de un camino hacia la plenitud y la satisfacción personal. Una forma de conectar con una misma, con los demás y con el universo en el que vivimos.  

 

Este tipo de autocuidado puede tener más impacto en nuestra biología de lo que imaginas, especialmente en la reducción del estrés y la ansiedad. Trabajar nuestra espiritualidad además nos conecta con la sensación de propósito vital y esto qué es lo mismo que conectar con el sentido que tiene nuestra vida, forma parte de la Eterna Búsqueda de la humanidad. 

 

La investigación además ha demostrado que los cambios en la actividad cerebral, la producción hormonal y la respuesta inmunológica son efectos secundarios positivos de la práctica del autocuidado espiritual. En este artículo vamos a ver cómo podemos aplicarlo a nuestras vidas con claves que nos ayudarán a ponerlo en práctica desde ya.

Meditación con afirmaciones

 

Una de las formas más efectivas (y conocidas) de aplicar el autocuidado espiritual es a través de la meditación. Seguro que cuando piensas en alguien meditando, te imaginas a una persona sentada en el suelo o en una esterilla, con las piernas cruzadas, con el semblante sereno y con los ojos cerrados.

 

Como sabes, la meditación es una técnica de concentración que nos permite estar centradas en el momento presente. Por ejemplo atentas a la respiración que tienes ahora mismo, las sensaciones de tu cuerpo, llevando al cuerpo a estar consciente en el presente y alejarnos de los pensamientos y preocupaciones diarias. 

 

 

Una meditación un poco diferente: meditar con afirmaciones. 

 

Si te digo “afirmaciones”, ¿qué es lo primero que te viene a la mente? Quizás es una técnica que sueles utilizar, o quizás es la primera vez que lees sobre ellas, bueno te cuento: son frases o declaraciones positivas que nos ayudan a mejorar nuestra autoimagen y a aumentar nuestra autoestimaLo que, como te podrás imaginar, tiene un impacto positivo en nuestro bienestar emocional y espiritual. En definitiva una estupenda forma de autocuidado espiritual.

 

Las afirmaciones, nos permiten programar nuestra mente y nuestro subconsciente con pensamientos positivos y motivadores. Repetirlas de manera habitual puede ayudarnos a superar pensamientos negativos, creencias (que también nos repetimos a nosotras mismas) etc… Porqué, ¿cómo nos hablamos? ¿Has pensado alguna vez en cómo te hablas? Y no te pregunto sólo en el tono, en el que te hablas sino también qué cosas te dices. Pues imagínate, a las afirmaciones como “cosas positivas que te dices» para equilibrar un poco las otras no-tan -bonitas que también te dices.

 

Si haces una búsqueda rápida en google seguro que encuentras muchísimas afirmaciones. Lo ideal es que crees las tuyas, porque sólo tú sabes qué es lo que te conecta con tu propósito o el sentido profundo de tu vida. Es cierto, que esto a veces puede ser un reto, si no lo has hecho nunca te traigo 10 por si quieres apuntarlas y modificarlas o directamente usarlas para tí. Ojalá alguna de ellas te inspire y te anime a repetirla cada día:

 

        1. «Me amo y me acepto tal y como soy.»
        2. «Me permito ser feliz, saludable y libre de estrés.»
        3. «Elijo nutrir mi cuerpo con comidas saludables y equilibradas.»
        4. «Acepto y amo mi cuerpo tal como es en este momento.»
        5. «Soy una persona saludable y llena de energía.»
        6. «Confío en mi intuición y sigo mi corazón.»
        7. «Mi cuerpo es capaz de sanarse.»
        8. «Creo en mi capacidad de lograr mis metas.»
        9. «Confío en mí mismo y en mis capacidades.»
        10. «Estoy abierto a recibir todas las bendiciones que la vida me ofrece.»

Todo ello, nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad y practicada de manera habitual puede mejorar enormemente nuestra calidad de vida. Cuando meditamos y conectamos con nuestro ser interior y tras unos minutos de meditación, es fácil que notemos más paz y tranquilidad.  Lo cual es de agradecer en esta vida urbana que llevamos.

 

Te dejo aquí abajo la infografía de estas meditaciones por si quieres descargarla o pinearla en tu Pinterest.

 

Crea tus propios rituales

 

Crear un ritual personal puede ser una forma de conectarnos con nuestro autocuidado espiritual y hacernos sentir más en armonía. Puede ser tan simple como encender una vela y meditar o poner un incienso en casa o un aceite esencial o incluso darte una ducha antes de acostarte que te limpie emocionalmente de lo transcurrido en el día.

 

Los rituales son prácticas que se realizan de manera sistemática con el objetivo de conectar con nosotras mismas, con nuestros propios valores y sentimientos, y con el propósito de mejorar nuestra calidad de vida. 

 

Seguro que si ahora mismo piensas en 3 cosas sencillas que podrías hacer para mejorar tu calidad de vida (y repetirlas cada día, claro), sabes a qué me refiero. Piensa por ejemplo, ¿cómo te despiertas? ¿Qué es lo primero que haces por la mañana? Déjame proponerte desde aquí algunos rituales matutinos que podemos incorporar a nuestras vidas, venga a ver si te inspiran: 

Al despertar

¿y si lo primero que hacemos al despertarnos antes de levantarnos de la cama y mirar el móvil, es dedicarle un pensamiento bonito al día? E incluso regalarnos una sonrisa, al fin y al cabo la vida nos está regalando un día más.

Cuando nos levantamos

si puedes haz unos estiramientos. Muchas mujeres madrugadoras, cuando se levantan por la mañana  le dedican los primeros momentos del día a hacer deporte, salir a correr, ir al gimnasio, salir a nadar. Si este es tu caso, ya tienes tu ritual matutino pero si no lo haces (confieso que yo tampoco) ESTÍRATE. Esto es lo mínimo que le puedes regalar a tu cuerpo y a tu ser, cada mañana para activarse (mientras te despiertas). 

Antes de desayunar

Tras los estiramientos, podemos ir al baño te propongo que te enjuagues la boca con agua de esta manera limpiamos toda la toxicidad excretada por la lengua durante la noche.

Hidratación antes que nutrición

Bebe un gran vaso de agua del tiempo, o incluso ligeramente templada para hidratar tus células del letargo nocturno. A ese agua le puedes poner un poco de agua de mar, unas gotitas de zumo de ½ limón, un trocito de jengibre fresco o tomarla sola.

Mindful-drinking & mindful-eating

Cuando vayas a tomarte tu café o té del desayuno, tómalo de manera consciente. Haz un mindful-drinking. Es decir, saborealo, disfrutalo y conecta con la magia que está haciendo en tu cuerpo, despertándote, reconfortándote, ayudándote a subir ese cortisol mañanero que tanto necesitamos. Y mientras lo bebes, ponle una intención al día. Lo mismo con el desayuno sólido.

Sólo con incorporar esto cada mañana (un pensamiento bonito – un estiramiento – limpieza de lengua – y este mindful-drinking con intención en tu café/té mañanero… Imagínate cómo está siendo tu bioquímica nada más comenzar el día. Esto evidentemente no hará que tus problemas desaparezcan (ojalá) pero al menos nos recargará de energía para poder afrontarlos mejor. Si además, escribes tus afirmaciones cada mañana, meditas unos minutos e incluso caminas cada mañana (mucho mejor por el sol), pues ya le pones el broche de oro.

La práctica de estos rituales personales puede tener un impacto positivo en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que son responsables de regulación del estado de ánimo y la sensación de placer. Y a eso me refería con que nos cambia la bioquímica. Ahora bien, la magia se produce con la constancia, es importante dedicar un tiempo diario para practicar nuestros propios rituales y convertirlos en parte integral de nuestras rutinas.

Por eso es importante que en lugar de ponerte metas complicadas y trates de «hacerlo todo perfecto«, comiences por crearte una rutina propia, fácil de cumplir y cuando lo sientas vayas complicándola un poco o dejándola como está.

La práctica de la gratitud.

 

¿Conoces esa frase que dice: “es de bien-nacidos ser agradecidos”? Bueno, pues el autocuidado espiritual también incluye la práctica de la gratitud. Es decir, la de tomarnos el tiempo para reconocer las bendiciones de nuestras vidas (que siempre las hay) y agradecer las cosas positivas que nos rodean. Todas pasamos por momentos mejores y por momentos peores, y es cierto que a veces la vida se pone difícil. En la consulta cada semana veo mujeres con vidas muy complicadas, y aunque a priori esta práctica no cambia mágicamente nuestro contexto, siempre me maravillo con el poder que el agradecimiento tiene en nuestra adaptación a la vida misma.

 

Agradecer, nos ayuda a encontrar una mayor sensación de satisfacción y propósito.

Con el agradecimiento, liberamos hormonas como la serotonina y la dopamina, responsables de nuestro bienestar emocional. Además, estudios han demostrado que la práctica de la gratitud reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la oxitocina, la hormona del amor y la conexión social.

 

Un estudio publicado en la revista Journal of Occupational Health en 2021, realizó una revisión sistemática de los efectos de la gratitud en la salud mental y el bienestar de los trabajadores. Para ello, los autores de la investigación revisaron una serie de estudios previos que investigaron el impacto de la práctica de la gratitud en la salud mental y el bienestar de los trabajadores. Y concluyeron que la práctica de la gratitud tiene un efecto muy positivo en la salud mental y el bienestar de las personas, especialmente en áreas como la reducción del estrés, la ansiedad, la depresión y la mejora del bienestar subjetivo.

 

Esto, seguramente ya lo sabías, porque todas conocemos la sensación que deja en nosotras el agradecimiento. Así que no subestimes el poder de la gratitud en tu autocuidado espiritual. Y si te resuena, incorpora esta práctica en tu rutina diaria, puedes hacerlo a nivel mental pensando en lo que le agradeces a la vida, o escribiéndolo en una hoja o cuaderno personal. Y cuando agradezcas, no sólo agradece a lo de fuera sino también: 

 

      • Agradecerte a tí misma haber llegado hasta aquí ahora.
      • Agradece a tus pies, todos los kilometros caminados desde tu infancia.
      • Agradece a tu intestino, todo el trabajo que ha hecho para que nunca te faltaran nutrientes ni energía,
      • Agradece a tu hígado por ese trabajo tan duro que ha realizado siempre, limpiando tu toxicidad,
      • Agradece a tu cerebro, que te ha traído hasta aquí gracias a todas las decisiones que has ido tomando a lo largo de tu vida (incluida la de estar aquí oyéndome ahora).

 

Y verás cómo tu bienestar emocional y físico mejora poco a poco.

A continuación, te dejo una plantilla descargable con un diario de gratitud, por si quieres utilizarla o pinearla en tu Pinterest.

Bueno, pues estos son sólo algunos ejemplos de prácticas de autocuidado espiritual que puedes incorporar a tu vida. La idea es que tu misma encuentres aquellas que te hagan sentir bien (a algunas personas les hace bien rezar y a otras, meditar con afirmaciones) elijas la que elijas, practícalas de manera habitual para que puedan hacer su magia.

 

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marta leon

Sobre la Autora:
Marta León

Mi historia comienza en una granja en el Mediterráneo. He escrito 3 libros sobre salud hormonal femenina y llevo más de una década acompañando a mujeres a cuidar sus hormonas desde la alimentación y los cambios de estilo de vida. 

2 Comentarios

  1. Diana Isabel Bermudez Q

    Hola vivo en Colombia. Como o dónde puedo comprar tus libros. Gracias

    Responder

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