El efecto emocional de los anticonceptivos
Anteriormente hablamos de las verdades sobre la toma de la píldora y el sangrado por deprivación que provoca. Si aún no lo has leído, te invito a que conozcas más sobre este tema aquí.
Ahora me gustaría poder contarte más acerca del efecto emocional de los anticonceptivos, cómo nos sumergimos en las olas, a veces turbulentas, de nuestras emociones bajo el influjo hormonal.
Con este artículo no pretendo llenarte de alertas rojas ni mensajes alarmantes, sino más bien, hacerte una invitación a mirar con atención y cariño cómo la anticoncepción puede influir en nuestro mundo emocional; tampoco pretendo crear un juicio o valorar si la píldora es buena o mala, si deberías tomarla o dejarla.
Mi objetivo es informar y que puedas ser capaz de tomar tus propias decisiones, ya que el factor por el que la tomes siempre será crucial para tí, no es lo mismo tomarla dentro de un tratamiento de endometriosis severa o dentro de un protocolo de fertilidad que como anticonceptivo.
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La conexión entre nuestras hormonas y las emociones es profunda
Nuestro cerebro y nuestro sistema endocrino (que es como llamamos al mundo hormonal), dialogan constantemente, creando una danza de señales que no sólo afecta a que ovulemos-menstruemos, también afecta a nuestro ánimo y hasta nuestros niveles de energía. Por eso la importancia de reflexionar sobre el efecto emocional de los anticonceptivos, para nuestro propio autocuidado (por cierto, si el tema de autocuidado emocional te interesa, te dejo por aquí otro artículo para cuando termines de leer este).
Si alguna vez te has fijado en cómo cambia tu mundo emocional, tu percepción o tu tolerancia al estrés a lo largo del ciclo, sabrás a qué me refiero. No te sientes igual cuando estás en fase folicular y tus niveles de estradiol (los estrógenos que producen tus ovarios) están en ascenso, que en fase lútea (o fase premenstrual), donde además entra en juego la acción de otra hormona: la progesterona.
La píldora, con su cocktail de hormonas sintéticas, se une a esta conversación y el efecto emocional de los anticonceptivos, se traduce en un cambio “en el tono de la charla ovarios-cerebro”.
Qué hay de la líbido…
¿La líbido? Sí, ese deseo que a veces parece jugar al escondite.
No es raro escuchar que la anticoncepción hormonal puede moderar nuestra llama interna. ¿Te has preguntado alguna vez por qué sucede esto?
Pues porque las hormonas sintéticas pueden influir en nuestros niveles naturales de testosterona, la chispa detrás de nuestro deseo sexual. Para algunas mujeres, este cambio es muy sutil, para otras, está más marcado. La clave está en observar y reconocer los cambios en tu cuerpo.
Muchas mujeres dejan la píldora precisamente por este motivo. Recuerdo hablar con una paciente que me decía, “si el motivo por el tomo la píldora es para no quedarme embarazada y ahora no tengo nada de libido – y llevo meses sin querer tener relaciones con mi pareja – no tiene sentido que siga tomando la píldora.”
Pero no todo gira alrededor del deseo.
El efecto emocional de los anticonceptivos también puede traducirse en cambios en nuestro estado de ánimo.
Y me refiero a esos días en que te sientes en una montaña rusa emocional y parece como que todo te molesta.
Algunos estudios sugieren que las hormonas de la píldora pueden alterar la forma en que nuestro cuerpo gestiona neurotransmisores como la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Sin embargo, cada cuerpo reacciona de manera única, y lo que para una puede ser un mar en calma, para otra puede ser un oleaje emocional.
Cómo cambió la química de mi cerebro
Déjame contarte algo un poco más personal.
Cuando tenía veintipico años y estaba en la universidad estudiando ingeniería química, recuerdo que durante unos meses estuve tomando la píldora. No fue mucho tiempo, no llegó ni a 6 meses porque en seguida le dejé al darme cuenta de una cosa.
Yo por aquel tiempo tenía una pareja estable y me pareció buena idea ir al ginecólogo a pedirle la píldora, para así estar más segura porque me daba terror que se nos rompiera un preservativo. Vale, hasta aquí todo normal.
Comencé a tomarla y al principio no note nada diferente, pero a las pocas semanas me di cuenta que mi libido había desaparecido. En principio no lo achaqué a la píldora, porque por aquel momento estaba sometida a mucho estrés.
Ingeniería Química, no sólo es una carrera difícil, sino que además es muy competitiva. A veces pienso que en este tipo de carreras te curten para que tengas resiliencia al sufrimiento, pero en fin… un día contaré esas anécdotas estudiantiles.
De pronto me di cuenta que cada vez toleraba peor el estrés, que cada vez discutía más con mis compañeros, con mi pareja, con mis padres… que no quería estar con nadie y sólo me encontraba bien estando sola. Y del enfado pasaba a la tristeza y a veces el llanto. Y fue entonces cuando comencé a pensar en que quizás esto fuera debido al efecto emocional de los anticonceptivos en mi cuerpo.
En resumen, no me encontraba bien.
Un día, reflexionando conmigo misma. Pensando en porqué estaba tan enfadada con el mundo y desde cuando estaba así (porque yo siempre he sido una mujer alegre, desde niña), de pronto me di cuenta que todo comenzó con la píldora.
Llevaba meses así, pero antes de tomar la pildora no me encontraba tan deprimida e irritable como en ese momento. Evidentemente este es sólo mi caso personal, no es que sea la realidad del 100% de las mujeres. Pero aquello me sorprendió mucho.
En seguida dejé de tomar la píldora, y volví a ser quien era. Volví a ser yo.
Tras ese momento, me enamoré de mis hormonas y comencé a estudiarlas.
Me parecía tan fuerte lo que había pasado, que quería entender qué era lo que estaba sucediendo ahí.
Y comencé a leer todo lo que pude sobre el tema (que en aquella época no era mucho, la verdad). A observar mi ciclo, y creo que de alguna manera, ahí comenzó esta aventura que hoy me tiene aquí, hablándote de hormonas a ti.
Las hormonas del ciclo menstrual afectan al cerebro
Tras toda esta situación entendí algo que nadie me había contando:
Las hormonas del ciclo menstrual natural afectan al cerebro, ya que en nuestro cerebro tenemos receptores hormonales.
Por ejemplo, en la amígdala, que regula la agresión y el miedo, o el hipocampo, que tiene funciones importantes para el procesamiento y almacenamiento de la memoria.
La progesterona y la progestina concretamente, reducen de manera indirecta la cantidad de serotonina circulante, y la serotonina (que esto seguro que lo sabes) es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, en el cerebro.
Según algunas investigaciones se cree que la progestina a partir de la anticoncepción hormonal puede causar cambios en el estado de ánimo, que es lo que te contaba que me pasó a mi. Aunque no podemos decir, que esto le ocurra a todas las mujeres; cada mujer es un mundo y cada cuerpo cuenta diferentes historias.
Qué dicen los estudios sobre el efecto emocional de los anticonceptivos
En muchos estudios masivos se han preguntado si hay una conexión entre los diferentes tipos y fórmulas de anticonceptivos hormonales y los cambios en el estado de ánimo de las mujeres que los toman, llegando a resultados contradictorios y sin dejar del todo claro el efecto emocional de los anticonceptivos en nosotras.
Un estudio realizado en 2016 con más de un millón de mujeres en Dinamarca de 15 a 34 años, captó la atención popular al sugerir una posible conexión entre los anticonceptivos y la salud mental, aquí lo puedes leer
Este estudio analizó los datos de salud a nivel nacional y mostró que quienes usan anticonceptivos hormonales tienen una mayor probabilidad de recibir un diagnóstico o tratamiento por depresión, en otras palabras que tenían más probabilidades de que se les recetara un antidepresivo o de que se las diagnosticaran con depresión que las mujeres que no usan anticoncepción hormonal
Sin embargo, a pesar de la posibilidad teórica, no es fácil probar el efecto emocional de los anticonceptivos hormonales y si estos causan cambios en el estado de ánimo. Porque el cuerpo femenino es enormemente complejo.
Otros estudios por ejemplo, indican que para las personas con síndrome premenstrual (PMS), trastorno disfórico premenstrual (TDP) o trastorno depresivo mayor (TDM), la anticoncepción hormonal, particularmente los anticonceptivos orales, puede causar cambios positivos en tu estado de ánimo.
Como podrás ver, esto es bastante complejo.
Pero, ¿por qué es difícil medir el impacto hormonal de los tratamientos hormonales en el estado de ánimo?
Pues en realidad porque los estudios sobre el tema se diseñan y conducen de manera diferente, con diferentes formas de medir los resultados y claro así, hacer comparativas entre un estudio y otro tiene sus complejidades. Es como comparar peras con manzanas.
Además hay pocos ensayos controlados aleatorizados sobre el tema, que serían los más interesantes porque implica tomar un grupo de personas y asignarles, de manera aleatoria, un método anticonceptivo hormonal o no. Algunos estudios procuran tener en cuenta los factores personales, familiares o sociales que pueden aumentar el riesgo de que una persona sufra de depresión, pero no todos.
Algunos estudios analizan el historial médico para ver si las personas que usan métodos anticonceptivos hormonales tienen una mayor probabilidad de recibir un diagnóstico de depresión o una prescripción de antidepresivos. Otros usan encuestas con preguntas a las participantes sobre síntomas de depresión o ansiedad, y comparan las respuestas antes y después de los anticonceptivos. Otros estudios confían en la experiencia subjetiva de las personas y si síntomas tales como depresión o cambios en el estado de ánimo se reportan como efectos secundarios.
Y claro, todo esto dificulta la comparación entre estudios.
Sobre todo si además los resultados de los estudios muestran el promedio del grupo y no tienen en cuenta las experiencias individuales. Porque incluso en un estudio que concluya que los anticonceptivos hormonales no afectan el estado de ánimo, muy probablemente habrá un número pequeño de participantes que sí experimenten una mejora o un empeoramiento de su estado de ánimo… Como te digo, esto es bastante complejo.
¿Qué pasa cuando decides dejar la píldora?
Aquí entramos en un territorio de reconexión con nuestra ciclicidad natural.
En un viaje de redescubrimiento, donde nuestro cuerpo retoma las riendas de su equilibrio hormonal. Esto puede ser un proceso fluido para algunas, mientras que para otras pueden necesitar un tiempo para reajustar la brújula hormonal/emocional.
En este punto, quiero hacer una pausa y decirte algo:
Tu experiencia es única y válida.
Independientemente de que la anticoncepción hormonal sea para ti un capítulo cerrado, uno en curso, o uno que estás considerando abrir, es esencial abordarlo con información y comprensión.
El conocimiento es la llave para tomar decisiones libres.
Si te estás preguntando, » vale, ¿y ahora qué?», te recuerdo que no estás sola. Si este tema ha resonado contigo y estás buscando maneras de equilibrar tus emociones y tu salud hormonal, tengo algo para ti:
Mi curso ‘Cuida tus hormonas sin anticonceptivos’
Es un faro para quienes buscan navegar estas aguas con conocimiento y apoyo.
En el que aprenderemos a manejar nuestras hormonas de manera que beneficie nuestro estado emocional, nuestra energía y nuestro bienestar general.
Te invito a que comiences este viaje hacia una tú más equilibrada y conectada contigo misma. Porque cuidar de tus hormonas es cuidar de ti, en todas tus dimensiones.
Espero que este artículo te haya resultado útil. Si quieres más información sobre la salud hormonal femenina sobre este tema, te recomiendo escuchar la serie de episodios de mi podcast sobre anticonceptivos y como estos afectan a la salud hormonal femenina.
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