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Cómo la microbiota oral afecta la salud hormonal femenina

Nuestra boca no es solo el lugar donde empieza la digestión, o donde pones tu pasta de dientes cada noche, también tiene una microbiota específica y muy sensible que como todo en el cuerpo femenino está conectada con nuestra  salud hormonal femenina.

En nuestra boca vive la segunda comunidad microbiana más grande de todo nuestro cuerpo (solo por detrás del intestino) y su equilibrio es importantísimo para que estemos bien. Por lo que si tienes pendiente una visita al dentista, te doy 3 motivos para que no la retrases mucho más:

  • Una microbiota oral en desequilibrio puede agravar el síndrome premenstrual.
  • Una microbiota oral en desequilibrio puede dificultar la salud durante el embarazo (incluso estar detrás de un parto prematuro).
  • Una microbiota oral en desequilibrio  incluso puede afectar al estroboloma, (ese conjunto de bacterias que metabolizan tus estrógenos del que ya he hablado varias veces antes).

La boca es uno de los portales más importantes de entrada a nuestro cuerpo”

¿Qué es la microbiota oral y cómo se conecta con nuestras hormonas?

La microbiota oral es la gran olvidada cuando hablamos de microbiota y salud femenina. Si te digo la palabra «microbiota» seguramente lo primero que pienses es en la microbiota intestinal (y con razón, si las distintas microbiotas fueran ciudades, el intestino sería la ciudad más poblada del planeta, como un Nueva York o Tokio microbiano). Siempre hablamos del intestino, pero pocas veces se habla de los microorganismos que habitan en nuestra boca.

Y lo curioso es que la boca es la primera barrera de defensa de nuestro sistema digestivo, ¡la primera frontera con el mundo exterior!

En tu boca, viven millones de bacterias que forman una comunidad súper diversa. De hecho, según estudios, es la segunda comunidad microbiana más numerosa de nuestro cuerpo.

Estas bacterias viven en siete hábitats diferentes:

  • La saliva
  • La lengua
  • Las superficies dentales
  • Las encías
  • La mucosa bucal
  • El paladar
  • La placa dental (tanto por encima como por debajo de la línea de las encías)

Esta microbiota no está siempre igual: cambia muchísimo, porque el ambiente en la boca cambia constantemente. Por ejemplo, depende de nuestra alimentación, del pH de la saliva (que no todas lo tenemos exactamente igual), si tienes mucha placa y hace tiempo que no te haces una limpieza dental, si respiramos por la nariz o por la boca, si fumamos o no, si tomamos muchos chicles, si usamos ciertos medicamentos o incluso si tenemos caries.

Y lo más alucinante es que la microbiota oral está profundamente influenciada por nuestras hormonas. En mi libro “El Equilibrio Perfecto, Cuida tus hormonas desde la Microbiota” le dediqué un espacio a la microbiota de la boca. De hecho, seguramente te sientas identificada con todo lo que voy a contarte a continuación.

Muchas mujeres notan más sensibilidad en las encías o incluso sangrados al cepillarse durante:

  • La pubertad, el aumento de estrógenos cambia la vascularización de las encías y aumenta la sensibilidad gingival.
  • La fase lútea del ciclo menstrual, momento de mayor inflamación del ciclo
  • En el embarazo, las encías son más vulnerables por la progesterona y los cambios inmunitarios, aumentando el riesgo de gingivitis gestacional.
  • En la menopausia, la caída de estrógenos, reseca la mucosa oral, reduce la producción de saliva y aumenta la propensión a caries, infecciones o mal aliento.

Esto ocurre porque tanto los estrógenos como la progesterona afectan a la permeabilidad y la inflamación de las mucosas de la boca, alterando así el equilibrio bacteriano y también facilitando que crezcan bacterias patógenas que no deberían estar allí.

La periodontitis es más frecuente en mujeres con SOP o con resistencia a la insulina. O las alteraciones de la microbiota oral en la menopausia se asocian con mayor sequedad bucal, inflamación e incluso riesgo de caries.

¿Qué pasa cuando esta microbiota se desequilibra?

Que no solo afecta a la boca, sino que también provoca inflamación sistémica, que es justo el tipo de inflamación de bajo grado que desequilibra nuestras hormonas.

De hecho, hay un dicho muy antiguo que justo aplica en este caso: “como arriba es abajo; como abajo es arriba”.

Es decir: todo está conectado. Que nuestro dentista y nuestro ginecólogo/endocrino no se hablen eso no significa que en nuestro cuerpo pase lo mismo. Tu boca puede ser la chispa que enciende un fuego que luego se propaga a todo tu cuerpo.

Y es aquí donde muchas mujeres comienzan a notar:

  • Más SPM y reglas dolorosas (si, el dolor menstrual puede estar también relacionado con una inflamación en la boca que deberíamos resolver)
  • Más migrañas menstruales,
  • Peor control de los estrógenos,
  • Mayor riesgo de infecciones vaginales (la boca y la vagina están íntimamente conectadas)
  • Y hasta más fatiga o niebla mental.

Y todo empieza… en la boca.

Microbiota oral, salud digestiva y estroboloma 

La boca no es un sistema aislado: como decíamos antes es la puerta de entrada directa a tu sistema digestivo. Cada vez que tragas saliva o alimentos, las bacterias de tu microbiota oral viajan hacia tu intestino.

Esto significa que si en la boca tenemos una disbiosis oral (un desequilibrio en la microbiota de la boca) pues muy seguramente ayudaremos a que también haya una disbiosis intestinal, ¡cuantos SIBOs (de estos que parece que no se van nunca) se tratan sin mirar la boca! 

Y claro si afecta a la microbiota intestinal también afecta directamente a la microbiota que metaboliza tus estrógenos: al famoso estroboloma.

Si tu estroboloma no funciona bien, los estrógenos no se metabolizan correctamente, y si no se eliminan bien, pueden recircular por el cuerpo, llevarnos a una situación de hiperestrogenismo y favorecer desequilibrios hormonales como sangrados muy abundantes con coágulos, miomas, endometriosis o SPM más severos.

Además, una microbiota oral alterada como te decía antes es el caldo de cultivo perfecto para que perpetuemos una inflamación crónica, ya que eleva nuestra histamina y debilita la barrera intestinal.

¿Estás haciendo una dieta baja en histamina? Pues quizás deberías también revisar cómo está tu boca. Si estamos más inflamadas no eliminamos bien la histamina también nos podemos sentir con más ansiedad, más irritabilidad premenstrual… ¿te suena? 

Por eso, cuidar tu boca es cuidar también tu salud digestiva y tu equilibrio hormonal.

Microbiota oral y fertilidad / embarazo

Vamos con uno de los temas que más me apasiona y que seguro que a ti también: la relación entre la microbiota oral y el embarazo.

Durante el embarazo, tu cuerpo sufre una auténtica revolución hormonal. ¡Estamos fabricando un ser humano y eso ya de por sí es tarea de diosas! En este momento los niveles de progesterona y estrógenos se disparan,están en máximos históricos,  y esto, como ya hemos visto, tiene un impacto directo en la microbiota de tu boca.

De hecho, ¿has oído hablar alguna vez de la «gingivitis del embarazo»? Casi el 70% de las embarazadas la experimentan, y no es casualidad. 

La progesterona, que está por las nubes durante la gestación, aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos en las encías, lo que las hace más sensibles, inflamadas y propensas a sangrar.

Pero aquí viene lo realmente importante y lo que pocas ginecólogas te cuentan: las investigaciones más recientes han encontrado una relación directa entre la enfermedad periodontal (problemas graves de encías) y complicaciones del embarazo como:

  • Partos prematuros (hasta 7 veces más riesgo)
  • Bebés con bajo peso al nacer
  • Preeclampsia (esa hipertensión del embarazo que tanto preocupa)
  • Diabetes gestacional

¿Cómo es posible que algo que ocurre en la boca afecte a tu útero? Pues porque las bacterias patógenas de la boca y las toxinas que producen pueden viajar a través del torrente sanguíneo hasta la placenta y las membranas fetales, desencadenando una respuesta inflamatoria que puede provocar contracciones prematuras o afectar al desarrollo del bebé.

¿Y cómo viajan? ¿Alguna vez te han sangrado las encías? Eso significa que el acceso a las autopistas del organismo, está abierto.

Y más impactante aún: hay estudios que han descubierto patógenos orales en la placenta de mujeres que tuvieron partos prematuros.

Por esto mismo, en países como Suecia o Noruega, la atención dental forma parte del protocolo estándar de cuidado prenatal. En España y Latinoamérica, por desgracia, todavía no está tan integrado. Pero ojalá algún día. 

Por eso, si estás planeando quedarte embarazada, conoces a alguna mujer que esté en búsqueda de embarazo o ya esté embarazada, le envíes este episodio porque tiene que escuchar esto y cuidarse. ¿Cómo?:

  • Haciéndose una revisión dental completa, idealmente antes de concebir
  • Manteniendo una higiene bucal meticulosa (¡usando hilo dental o cepillado interdental!)
  • Visitar al dentista al menos una vez durante el embarazo.
  • No ignorar signos como encías que sangran o sensibilidad dental aumentada

Recuerda: cuidar tu boca durante esta etapa no es un lujo, es una necesidad para ti y para tu bebé. 

Y para que nadie te tome por loca, la próxima vez que tu ginecóloga te pregunte si te estás cuidando para el embarazo, dile que sí, que incluso estás cuidando tu microbiota oral. Verás su cara de sorpresa… ¡o quizás de alegría! Que a las profesionales de la salud nos encanta que las mujeres nos cuenten que se están cuidado.

Microbiota oral y menopausia

Ahora vamos a hablar de otra etapa importantísima en la vida de las mujeres y por la que vamos a pasar todas: la perimenopausia y la menopausia. Porque quizás no seamos madres, pero seguro que pasamos por esta etapa (o eso espero, que el plan B es mucho peor).

¿Sabías que muchas mujeres empiezan a notar problemas bucales justamente cuando comienzan los síntomas premenopáusicos?

 Y no, no es coincidencia.

Durante la perimenopausia y menopausia ocurre una caída significativa de estrógenos. Y estos estrógenos, además de hacer mil cosas en nuestro cuerpo, tienen receptores específicos en las encías y en los huesos maxilares. Por eso, cuando disminuyen, ocurren varios fenómenos que afectan directamente a nuestra boca. Te digo algunos:

  • Disminución de la producción de saliva que deja la boca más seca y menos protegida
  • Adelgazamiento de la mucosa oral, haciéndola más vulnerable
  • Cambios en el pH de la saliva, que favorece el crecimiento de bacterias patógenas
  • Pérdida de densidad ósea en la mandíbula (¡sí, la osteoporosis también afecta aquí!)
  • Retracción de las encías, dejando las raíces más expuestas y sensibles

La consecuencia: muchas mujeres a partir de los 45-50 años experimentan un aumento repentino de:

  • Sensibilidad dental al frío o al calor
  • Sequedad bucal persistente y sed nocturna
  • Mal aliento que no mejora con la higiene habitual
  • Dolor en las encías y sangrado
  • Mayor riesgo de caries, especialmente en la línea de las encías
  • Y lo que más preocupa: mayor riesgo de periodontitis y pérdida dental

Bueno, pues lo curioso es que muchas pacientes me dicen: «Marta, de repente empecé a tener problemas dentales, justo cuando empezaron mis sofocos». Y claro, ahora ya sabes por qué.

Pero la buena noticia es que podemos hacer mucho para proteger nuestra microbiota oral durante esta etapa. Que a mi siempre me gusta darte herramientas para que la menopausia no quede reducida al pergamino de cosas horribles que no va a pasar como castigo por ser mujeres. De eso nada. Hay cambios sí, pero podemos hacer muchas cosas para cuidarnos.

  1. Hidratación constante: beber más agua de la que crees necesitar
  2. Estimular la producción de saliva con alimentos amargos y masticación más prolongada
  3. Usar probióticos específicos para la salud bucal. ¿Sabes que hay probióticos orales?
  4. Incluir alimentos ricos en calcio, vitamina D y K2 para proteger la densidad ósea mandibular
  5. Evitar los enjuagues bucales con colutorios que lleven alcohol, que resecan aún más la mucosa
  6. Y, por supuesto, hazte controles dentales frecuentes durante esta etapa

Si estás cuidando tu piel, tus huesos y tu vagina durante la menopausia… ¿por qué no ibas a cuidar también tu boca? Al fin y al cabo, es una de las partes más visibles y funcionales de tu cuerpo.

La boca, nuestra pieza fundamental a la salud hormonal

Como ves, la boca no es solo la puerta de entrada de los alimentos, sino también una pieza fundamental en el rompecabezas de nuestra salud hormonal. 

Desde la pubertad hasta la menopausia, pasando por el ciclo menstrual y el embarazo, nuestra microbiota oral está íntimamente ligada a nuestras hormonas.

Así que la próxima vez que pienses en tu salud hormonal, no olvides mirar un poco más arriba del intestino y prestar atención a ese ecosistema tan importante que vive en tu boca. Tu microbiota oral te lo agradecerá, y tus hormonas, también.

Y no lo olvides:

  • respira por la nariz
  • come fermentados 
  • visita a tu dentista 
  • y cuida esa microbiota oral que tanto hace por ti 

¡Tu cuerpo entero te lo agradecerá!

Tips prácticos para cuidar tu microbiota oral

Te comparto 7 consejos prácticos para cuidar tu microbiota oral desde hoy:

  1. Revisa tus productos de higiene oral: Muchos dentífricos y enjuagues comerciales contienen ingredientes como el triclosán o altas concentraciones de alcohol que, aunque matan bacterias patógenas, también destruyen las bacterias beneficiosas. Busca alternativas más suaves con xilitol, que nutre a las bacterias beneficiosas sin alimentar a las dañinas.
  2. Alimenta a tus bacterias buenas: Las bacterias orales beneficiosas adoran los polifenoles (presentes en el té verde, las bayas, las especias), los ácidos grasos omega-3 (pescado azul, semillas de lino y chía) y los prebióticos. ¡Tu ensalada no solo alimenta a tu intestino, también a tu boca!
  3. Respira por la nariz: La respiración bucal crónica altera profundamente el pH de la boca y reseca la mucosa oral, creando un ambiente ideal para bacterias patógenas. Si te despiertas con la boca seca o respiras por la boca cuando haces ejercicio, es hora de trabajar en tu respiración nasal.
  4. Mastica alimentos fibrosos: La masticación estimula la producción de saliva, que contiene enzimas antimicrobianas naturales. Las verduras crudas y crujientes como el apio, las zanahorias o las manzanas son excelentes «cepillos naturales».
  5. Reduce el consumo de azúcares refinados y harinas procesadas: Estos alimentos se adhieren a los dientes y las encías, alimentando a las bacterias patógenas que producen ácidos dañinos. Las bacterias patógenas adoran el azúcar tanto como nosotras.
  6. Incorpora fermentados a tu dieta: Alimentos como el kimchi, el kéfir, el chucrut y, mi favorito, la kombucha, contienen probióticos que pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias en toda la vía digestiva, empezando por la boca.
  7. Ten en cuenta tus ciclos hormonales: Si notas sensibilidad o sangrado en las encías en ciertos momentos del mes, refuerza tu higiene oral durante esos días. Además, considera usar un irrigador bucal (tipo Waterpik) en la fase lútea o durante la menstruación para una limpieza más suave pero efectiva.

¿Sabías que la microbiota oral podría estar relacionada con el deseo sexual? 

Estudios recientes sugieren que la composición bacteriana de la boca podría influir en la producción de feromonas y en nuestra percepción de las de otros. Así que ya sabes, una boca sana podría mejorar no solo tu salud hormonal, sino también tu vida íntima. ¡Menudo incentivo para cuidar esas bacterias!

marta leon

Sobre la Autora:
Marta León

Mi historia comienza en una granja en el Mediterráneo. He escrito 3 libros sobre salud hormonal femenina y llevo más de una década acompañando a mujeres a cuidar sus hormonas desde la alimentación y los cambios de estilo de vida. 

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